Oscar Ledesma

Artist & Gallerist & Curator

Cinco esquinas

¿Cómo hace Mario Vargas LLosa para escribir tan buenos libros? ¿tiene acaso pacto con el diablo para a su edad seguir escribiendo endemoniadamente bien?

No he leído toda la obra de él, vamos, ni siquiera la mitad de sus libros publicados, pero desde hace algunos años, leó casi religiosamente cada libro que va sacando. Y cada libro me parece muy bueno. Tal vez hay algunas excepciones, pero son muy pocas.

Recuerdo que haces muchos, muchos años leí La ciudad y los perros. Recuerdo que me gusto, será por que me identifiqué con la vida desarrapada, jodida, valemadrista y perdonavidas de alguno de los personajes. Luego lo dejé en Paz. Pasarían algunos años para que leyera otro libro de Vargas Llosa.

Y fué La fiesta del Chivo. Un libro deslumbrante, terrible y a la vez maravilloso. Un libro que (como casi siempre me pasa con las novelas de Vargas Llosa), se tiene que leer de un jalón, casi como poner pausa a la vida real, para poder sumergirse en la historia. Da escalofrios pensar que en muchas ocasiones la realidad supera a la ficción, si ademas recordamos que ese libro esta basado en la hechos reales (una risita triste se me escapa, viendo como la telvisión ha influenciado mi vocabulario).

Luego, fué El paraíso en la otra esquina. Otro libro impresindible. Resulta pues que el escritor se pone a investigar, la vida de Flora Tristán, la abuela  de Paul Gauguin, y la escribe, mezclandola con episodios de la vida del pintor. Me imagino la vida Vargas Llosa más o menos asi: Leer y hacer notas todo el tiempo. Y de repente, ¡pum!, ahí hay una historia nueva y ¡pas! sentarse miles de horas a investigar para el nuevo libro y ¡chaz! escribirlo, corregirlo y ¡zacapuas! ganar un montón de pasta y de premios.

Supongo que debe tener algunos becarios que hagan mucha de la investigación, que le encuentren la bibliografía necesaria, talvez que inclusiven lean los libros y marquen las hojas en donde aparece alguna mención, tal vez esquiva, del personaje en question.

Igual lo veo con las Travesuras de la niña mala, librito que llego a mi poder de una cierta manera, y que me recuerda a cierta persona. Hay otros libros que me dejan el mismo sabor de boca que este, por ejemplo Tínisima de Elena Poniatowska o los Detectives salvajes de Bolaño o El hombre que amaba a los Perros de Paduro y es que si uno quiere buscar una radiografía de cierta época en cierto lugar, son esos libros en donde uno los puede encontrar: El mundo artístico, sus fiestas y sus chismes, post revolucionario (incluyendo conexiones a Cuba y Europa) (ver Tinisima), o la Chilangolandia cultureta de bequitas oficiales y lecturas en centros culturales (los detectives salvajes), el remolino salvaje que pasa por la guerra civil española, la rusia estalisnista, la casa azul en coyoacan, (el hombre que amaba a los perros) o en el caso de Llosa, la Latinoámerica izquierdizta, guerrillera exiliada en Europa en los sesenta y setenta. Todos esos libros se pueden leer ya sean como libros de textos (algunas cosas, tampoco hay que creerles todos) o como pura ficción.

Y así con los otros libros de Vargas Llosa. Ahora que fuí a México, como voy una sola vez al año procuro comprar muchos libros que iré poco a poco leyendo, sin darme cuenta compre dos de Vargas Llosa, Cinco esquinas y el Elogio a la Educación. Cinco esquinas lo leí en dos días. Nuevamente, ponerle pausa el mundo exterior para hundirse en la páginas de un libro delicioso. Vargas Llosa narra desde la ficcón, aunque el transfodo sea real, la caída de Fujimori, o al menos la parte que con ella tuvo que ver la prensa sensacionalista. Y uno pensaría, ¡qué demonios me interesa la historia (ficcionada o real) de Perú! andá, pues, que lo único que consumo de Perú es su comida deliciosa (los mejores restaurantes peruanos estan en Madrid) y al susodicho Mario Vargas Llosa.

Bueno, pues leyendo los entrebajos, lo mierda que pueden llegar a ser algunos medios impresos, mezquinos pasquines serviles a figuras de poder, uno puede tranquilamente traspasarla, transponerlo, inferirlo a ciertos medios ya sean Mexicanos y Alemanes (si, tambien en Alemania hay pasquines alarmistas que hacen política). Así pues uno empieza leyendo una historia puntal peruano y termina entendiendo un poquito más el mundo en el que vivimos. ¡vamos, que para eso es la Literatura!

 

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