Oscar Ledesma

Artist & Gallerist & Curator

Recuerdos de Banana Yoshimoto

Ahora que fuí a México, no pude resistirma a comprar el ultimo libro de Banana Yoshimoto: Recuerdos de un callejón sin salida. Debo confesar que soy un gran adomirador de esta autora, ya no tan joven, japonesa. Hace millones de años, leí el libro que la mandó al estrellato literario: kitchen. Me impresionó, me encantó era un librito, triste, depresivo, aprensivo pero al mismo tiempo bastante nuevo, con una subtrama divertida e interesante.

Supongo que tiene que ver mucho con la edad a la que lo leí. No recuerdo muy bien como la descrubrí. Kitchen se publico en Japón en 1988, en 1991 lo publico TusQuest, así que supongo debió haber llegado a mis manos en el 92 o 93. Yo tenía 17 años, ella 28. Éramos muy jóvenes.

Yo estaba maravillado de que una autora tan jóven (y de tan lejos) hubiera tenido tanto exito con su primer libro, que este se traduciera a un monton de idiomas y de que yo pudiera leerlo de camino a la universidad. Basicamente era un puberto mexicano leyendo a una puberta japonesa.

Su estilo sencillo, sin retrueques, directo hizo que me enamorara de este libro, Mi entorno de aquel momento, mi vida, mi dolor encontró un eco en ese libro. Libro que he leído muchas, muchas veces desde entonces, y al que recuerdo como a la primera novia.

Despúes de él, siguieron muchos libros de Yoshimoto, que yo siempre leía: N.P., Amrita, Tsugimi, Sueño Profundo, Honeymoon y Presagio triste. Cada libro que encontraba de ella, lo compraba y lo leía y me ponía triste y melancólico. Sus libros estan llenos de triste alegria.

Al llegar a la fria Alemania, hace trece años uno de los primeros libros que leí en Alemán fue kitchen. Y lo leí ¡claro! ¡donde más! en la cocina de la casa donde vivia, el lugar más calientito y acogedor de la casa en Frankfurt. Ese era mi intento de encontrar un lugar seguro en este nuevo hogar: releyendo mis libros favoritos en mi nuevo idioma.

En fin que es un libro que me ha marcado. Despues, por alguna razón, deje de leerla, más de diez años, casi quince de no leer nada nuevo de Banana Yoshimoto. Entonces en México la reencontré. Nuevamente ahí estaba. Sólo que los dos ya no somos los mismos que éramos hace 23 años cuando nos encontramos la primera vez.

Ella ya tiene más de 50, yo más de 40. La portada del libro es sencilla. Lo abrí, y en el interior una fotos de Banana Yoshimoto, si, los años han pasado factura, pero supongo que si alguien viera una foto mía de cuando yo tenía 17 y una actual, tambien sufriria un shock. Ahí estaba, un nuevo libro de uno de mis amores juveniles (la otra es Ameliè Nothomb).

Y exactamente como suele ocurrir cuando uno se encentra un amor antiguo y intenta revivir los mismos sentimientos de antes, puede uno llevarse una decepción. Banana, jura y perjura en el epílogo que este es su mejor libro. Yo me siento un poco herido, que ella no considere a kitchen su mejor obra es como si no fueran importantes las horas, y vaya que han sido muchas en todos estos años, que yo he invertido amorosamente leyendo kitchen. Así que como un amante despechado, paso ahora a destrozar su ultimo libro.

Asi es, mi amada Yoshimoto. No me gusto. Vamos que es lo mismo de ti, que escribes con 50 el libro que debiste escribir con 25, no sé. La verdad no sé que decirte. El libro sabe a ti, el libro tiene tu aroma. Pero los dos ya no somos los mismos de antes. No sé, tal vez, te lea otra vez, por que, bueno, por que uno es así, regresa a los mismos lugares para ver si se siente vivo otra vez.

Yo lo más seguro, es que vuelva a releer kitchen, como cuando se vuelven a sacar viejas fotos, volveré a sentir el calorcito que despide el refrigerador, volveré a buscar en lugar seguro en tu libro. Volveré a recordarte como cuando tu tenías 28 y yo 17 y caminabamos juntos (tu bajo mi brazo), por la ciudad de mexico con lluvias torrenciales, protegiendonos bajo el palacio de bellas artes. Y me imagino que igual, así debió haber sido, recorrer contigo tokio bajo la lluvia.

 

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